La Costa Azul francesa, también conocida como la Riviera Francesa, es uno de los lugares más exclusivos y glamurosos de Europa y, en concreto, de Francia. Nosotros llegamos al aeropuerto de Marsella, hay muy buena conexión con Santiago de Compostela y algunos días de la semana, puedes encontrar vuelos directos de 2 horas de duración. Recomendamos al menos una semana para realizar este viaje, nosotros estuvimos menos tiempo y nos quedamos sin poder visitar algunos lugares que teníamos ganas de conocer.
Para viajar por la Costa Azul, nosotros alquilamos un coche, es una buena opción si quieres moverte a tu ritmo y ver los diferentes pueblos. Sin embargo, tiene un punto negativo, al viajar en agosto, temporada alta, nos encontramos serios problemas para aparcar en algunos lugares turísticos y los parkings nos parecieron realmente caros.
Qué ver en Mentón
Menton es una pintoresca ciudad costera de la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul que, si bien es turística, no tiene el ajetreo de las cercanas Niza o Marsella. Sus casitas de colores se encuentran encaramadas en un acantilado que hace de frontera natural entre Francia e Italia.
Su postal más famosa la dan sus casitas coloridas ubicadas en la loma de la montaña. Es la foto que toda persona que pase por Menton desea obtener. Si eres uno de ellos, el mejor ángulo se obtiene desde el espigón que hay en la playa, frente a las casas. (Busca en Google Maps: Quai Impératrice Eugénie)
A través del paseo marítimo (Promenade du Soleil) o la playa llegarás en pocos minutos al centro histórico de Menton. Una vez que pases las casitas de colores, encontrarás unas escaleras amarillas que conducen a la Basílica de Saint Michel, el templo más característico de Menton.
Esta joya del arte barroco de 1639 domina el casco antiguo gracias a su inmenso campanario de 53 metros de altura. Además de su interés arquitectónico, el templo también posee una larga historia, según la cual fue erigido como una ofrenda a la duquesa Anastasia, de Rusia.
Desde las rampa de las escaleras se aprecian las tres naves de la basílica y su hermosa fachada barroca. Mientras que, en el interior verás un altar mayor de mármol del siglo XVIII, dominado por una estatua de San Miguel Arcángel pisando al Demonio, hecha en madera y pintada en color dorado. Sus muchas capillas se encuentran adornadas con pinturas notables (la más antigua es del siglo XVI), un púlpito de 1652 y un órgano italiano de 1666.
Les Sablettes es otro de los lugares que deberías incluir en un recorrido de un día por Menton. Ubicada estratégicamente frente al mar, se abre una amplia explanada que desde siempre ha sido el lugar de encuentro para los habitantes de la ciudad. Se trata de un emplazamiento de 17.000 m² que fue pensado por el Ayuntamiento como un espacio de paseo, a la vez que refuerza el carácter portuario del lugar.
La zona se encuentra repleta de restaurantes y bares en los que podrás sentarte a saborear algún platillo local, mientras disfrutas de unas hermosas vistas del mar.
Qué ver en Niza:
Niza, la capital de la Costa Azul, es un destino turístico de Francia conocido por muchos y apreciado en todo el mundo. Muchos visitantes viajan a Niza para conocer sus playas de tonos azulados, la luminosidad que enamoró a Matisse y su diversidad paisajística que ofrece su situación geográfica entre el mar Mediterráneo y las montañas, a tan solo unos kilómetros de la frontera italiana.
En cuanto a gastronomía, os recomendamos dos restaurantes: La Cucina Nice y Le Cave du Fromage. Tened mucho cuidado con los horarios, tienen horario europeo, y los días de apertura. Muchos restaurantes cierran de domingo a jueves y el resto de los días, abren hasta las 22 horas aproximadamente.
Si os acercáis hasta La Cucina Nice, preparaos para esperar un buen tiempo, no se puede hacer reserva y en agosto, la media de espera para probar sus impresionantes platos fue de 1 – 2 horas.
Si os apetece un excelente Pain au Chocolat en un estupendo Brunch, os recomendamos cualquier de los establecimientos de Olim.
Una de las cosas más curiosas que puedes visitar en tu estancia en Niza es la Catedral Ortodoxa de San Nicolás. Esta catedral es el mayor templo ortodoxo de Europa situado fuera de Rusia y es una de las iglesias más bonitas de la ciudad. La estética de la catedral recuerda claramente a las típicas catedrales rusas.
El templo fue construido por la emperatriz rusa María Fedorovna en memoria de su hijo Nikolai que murió en Niza en 1865. Tardó unos 10 años en construirse. La cúpula y las seis cruces que coronan la catedral están cubiertas de oropel y la mayor parte del edificio está hecho a mano con mármol blanco.
Qué ver en Saint-Tropez:
Saint Tropez es una de las ciudades que está más de moda y es sinónimo de lujo. No esperes encontrar muchísimos lugares interesantes por conocer, ya que se trata de un lugar donde veranear y disfrutar del mar. Aún así, sí hay algunos rincones en Saint Tropez y lugares de interés cultural por conocer.
Uno de los lugares más turísticos de Saint Tropez es el muelle Jean Jaurès es uno de los principales muelles de la ciudad de Saint-Tropez. Cuenta con una ubicación claramente estratégica, en el corazón de la ciudad, y concentra muchas de las atracciones turísticas de Saint Tropez, en particular Sénéquier, una verdadera institución de la ciudad. Hay unas bonitas vistas de los yates amarrados y de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Si quieres visitar Saint Tropez por todo lo alto, no te olvides pasar por sus famosas tiendas de firmas de lujo y el impresionante Dior Des Lices. Los precios son elevados pero es un pequeño Oasis que puedes visitar y en que puedes degustar auténticas maravillas culinarias.
Por supuesto, no os podéis ir de Saint Tropez, sin probar la Tarte Tropezienne. Un ligero brioche relleno de crema diplomática. La creó el pastelero polaco Alexandre Miccka inspirado en un brioche con crema que hacía su abuela. En 1955, durante el rodaje de la película Dios creó a la mujer la sirvió en el catering y Brigitte Bardot cayó rendida ante este dulce sugiriéndole el nombre de tarta Trópezienne. Podéis degustar la tarta y otras delicias dulces en los locales de Tarte Tropezienne que encontraréis por toda la Costa Azul.
Qué ver en Mónaco:
Después del Vaticano, Mónaco es el país más pequeño del mundo pero esto no impide que sea uno de los destinos de más lujo y prestigio del planeta. Mónaco es famoso por su Casino, las carreras de Fórmula 1 y famosa por la aclamada princesa Grace Kelly.
El turismo de lujo es la tónica general y vivir en Mónaco es extremadamente caro, un café en algunas zonas del país, puede llegar a costar 40 Euros.
Si hay varias zonas que necesitas conocer de Montecarlo, ese es el Casino. Abierto el 1893, es uno de los establecimientos de juego más famosos del mundo. Si admiras las películas de James Bond, aquí es donde se grabaron un buen número de películas de la saga.
Qué ver en Marsella:
De regreso al aeropuerto hicimos una rápida parada en Marsella para recorrer el pintoresco barrio de Le Panier.
Le Panier, el barrio más antiguo, centrado en el diseño, protector de su esencia multi-racial y escrupulosamente orgánica. El quartier en el que vivió Napoleón con su madre y sus hermanas mantiene ese punto portuario y de mezcla de tradiciones.
Casi colgado del puerto, este escarpado laberinto de callejas y callejones en sombra donde surgen las placitas y los cafés, es un laboratorio de tendencias a pie de calle. Galerías de arte, ateliers de jóvenes creadores, tiendas de ropa vintage, restaurantes de inspiración norteafricana, apetecibles terrazas…
Recordad que Marsella ya no forma parte de la Costa Azul sino de La Provenza y por ello tenéis que comprar sus famosos jabones conocidos a nivel internacional. También podéis hacer una parada para comprar las famosas hiervas provenzales y disfrutar de un apetitoso Ratatouille